La semana en que los aliados de Israel marcaron distancias por la guerra en Gaza
- El Reino Unido, Canadá, Francia y una mayoría de Gobiernos de la UE han elevado el tono de sus críticas y medidas contra Israel
- El Gobierno de EE.UU. sigue siendo el gran valedor de Israel, pero la simpatía entre los estadounidense mengua


Hace ya más de 19 meses, el 7 de octubre de 2023, el mundo no creyó lo que las imágenes y las cifras contaban, un ataque masivo, un atentado múltiple de Hamás a Israel por tierra, mar y aire, una matanza indiscriminada de 1.200 personas y la toma de 250 rehenes. A día de hoy, 58 personas israelíes siguen cautivas. Además de la incredulidad ante la magnitud del ataque de Hamas, la reacción general de los aliados de Israel fue de condena y solidaridad. A poco que se conozca la historia reciente, el estupor por la masacre vino acompañado por la convicción de que la respuesta del Gobierno israelí sería brutal. La reacción de los Gobiernos aliados de Israel, con algunos matices, fue apoyar el derecho a defenderse y responder a la matanza de Hamás.
Pero a lo largo de este más de año y medio, a medida que se ha ido viendo día a día la escala de los bombardeos israelíes, la magnitud de la destrucción, incluidos hospitales y escuelas, y de las muertes y sufrimiento de civiles en Gaza, han ido surgiendo grietas en ese apoyo. Según el ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás, la respuesta israelí ha matado a más de 53.000 palestinos, de los que 16.500 son niños y unas 2.800, mujeres. Esta semana la ONU ha alertado de que unos 14.000 bebés están en riesgo de muerte por desnutrición aguda severa, la directora Ejecutiva de UNRWA-España, Raquel Martí, ha contado en RTVE que en los hospitales hay más de 70.000 niños con desnutrición.
La opinión pública en esos países aliados se ha ido decantando y poniendo del lado de las víctimas palestinas y presionando a sus Gobiernos para que reaccionen en consecuencia. Los efectos de 11 semanas de bloqueo a toda ayuda humanitaria y el inicio de una nueva ofensiva militar israelí sobre Gaza parecen haber sido la gota que ha derramado el vaso de bastantes aliados de Israel.
El Reino Unido, Francia y Canadá: una declaración sin precedentes
La semana empezó el lunes con una declaración del presidente de Francia, Emmanuel Macron y los primeros ministros del Reino Unido, Keir Starmer, y Canadá, Mark Carney, que, por su dureza contra el Gobierno de Israel, no tiene antecedentes.
El texto empieza así: "Nos oponemos enérgicamente a la expansión de las operaciones militares de Israel en Gaza. El nivel de sufrimiento humano en Gaza es intolerable. El anuncio de Israel ayer para permitir una cantidad básica de alimentos en Gaza es totalmente inadecuado. Pedimos a Israel que detenga sus operaciones militares y permita la entrada de ayuda humanitaria a Gaza".
Los tres mandatarios van más allá y critican la política del Gobierno de Benjamín Netanyahu, "Condenamos el lenguaje abominable usado recientemente por algunos miembros del Gobierno israelí, que han amenazado con trasladar a civiles de Gaza. El desplazamiento permanente forzado viola el derecho humanitario internacional". Macron, Starmer y Carney recuerdan y condenan la matanza que sufrió Israel el 7 de octubre y añaden: "Hemos apoyado siempre el derecho de los israelíes a defenderse contra el terrorismo, pero esta escalada es absolutamente desproporcionada".
Los tres gobernantes se oponen también a los asentamientos en Cisjordania porque son "ilegales y socavan la viabilidad de un Estado palestino". La declaración deja la puerta abierta a sanciones contra Israel, y a Hamás le pide la liberación inmediata de los rehenes.
El Reino Unido: de las palabras a los hechos
Una de las varias razones del fracaso electoral de Jeremy Corbyn al frente del Partido Laborista en 2019 fue el laste que arrastraba por antisemitismo. Su sucesor y actual primer ministro, Keir Starmer, en su primer discurso como líder del partido en 2020, reconoció el problema y pidió perdón: "El antisemitismo ha sido una mancha en nuestro partido, he visto el dolor que ha producido a muchos judíos. En nombre del Partido Laborista pido perdón".
Según los análisis del voto de las elecciones generales del año pasado, el Partido Laborista recuperó a los votantes judíos que había perdido cinco años antes con Corbyn. Starmer, como líder de la oposición, fue tan tajante a la hora de marcar distancias y combatir el antisemitismo que, en los inicios de la ofensiva israelí sobre Gaza en respuesta a la matanza perpetrada por Hamás, en una entrevista radiofónica en la que defendía el derecho de Israel a defenderse pareció, por el contexto, incluir el derecho a dejar sin agua y sin electricidad a la población de Gaza. Aquellas declaraciones enfurecieron a los británicos musulmanes y Starmer se vio forzado a reunirse con líderes musulmanes y a matizar que se había referido al derecho a defenderse en general, no al caso concreto de dejar sin luz ni agua a los gazatíes.
Un año y medio después, Keir Starmer, ya como primer ministro, pronunció el martes estas palabras en la Cámara de los Comunes del Parlamento británico: "El nivel de sufrimiento, niños inocentes bombardeados de nuevo, es totalmente intolerable(...) Estamos horrorizados por la escalada de Israel, repetimos nuestra petición de alto el fuego como única manera de liberar a los rehenes, repetimos nuestra oposición a los asentamientos en Cisjordania, y repetimos nuestra petición de aumentar masivamente la ayuda humanitaria en Gaza. El anuncio reciente de que Israel permitirá una cantidad básica de alimentos a Gaza, 'una cantidad básica', es totalmente, completamente, inadecuada. Debemos coordinar nuestra respuesta porque esta guerra ha durado ya demasiado. No podemos permitir que los gazatíes mueran de hambre".
Un par de horas después, el secretario de Exteriores, David Lammy, expuso ante la misma cámara la respuesta del Gobierno británico: la suspensión formal de las negociaciones con Israel para un nuevo acuerdo comercial bilateral, uno de esos acuerdos que Londres tanto ansía después de salir de la Unión Europea. El Gobierno británico además ha impuesto sanciones a tres personas y cuatro entidades vinculadas a los asentamientos ilegales en Cisjordania.
La Unión Europea revisará el acuerdo con Israel
El mismo martes, en la reunión de ministros exteriores de la Unión Europea se discutió, a petición, entre otros, del Gobierno español, de la situación en Gaza y de la política respecto a Israel. Al terminar la reunión, la representante de Exteriores de la UE, Kaja Kallas, declaró en el comunicado: "La situación en Gaza es catastrófica. La ayuda que Israel ha permitido entrar es, desde luego, bienvenida, pero es una gota en el océano. (...) La presión es necesaria para cambiar la situación. Del debate de hoy se desprende claramente que hay una gran mayoría a favor de la revisión del artículo 2 de nuestro Acuerdo de Asociación con Israel. Por lo tanto, lanzaremos este ejercicio y, mientras tanto, le corresponde a Israel desbloquear la ayuda humanitaria. Salvar vidas debe ser nuestra principal prioridad".
El acuerdo entre la UE e Israel está en vigor desde el año 2000, el proceso para revisarlo es largo y finalmente requerirá la aprobación del Consejo Europeo por mayoría cualificada, algo que a día de hoy parece poco probable. A favor de ello se muestran 17 de los 27 miembros de la UE. Según Euronews, que cita fuentes diplomáticas europeas, a favor de revisar del acuerdo con Israel están España, Irlanda, Francia, Países Bajos, Eslovenia, Luxemburgo, Bélgica, Finlandia, Portugal, Suecia, Austria, Dinamarca, Eslovaquia, Estonia, Malta, Polonia y Rumanía. En contra, Alemania, Italia, Hungría, la República Checa, Bulgaria, Croacia, Chipre, Grecia y Lituania. Letonia se abstuvo. Suecia dijo que presionaría a la UE para que impusiera sanciones a los ministros israelíes. En España, ese mismo día el Congreso aprobó un embargo a la compraventa de armas a Israel.
El gran padrino, Estados Unidos: apoyo del Gobierno, matices en la sociedad
No es ningún secreto. Los Estados Unidos, independientemente de quién gobierne, son más que el socio, el padrino, con cuyo apoyo diplomático, económico y militar cualquier Gobierno israelí puede contar. Ese apoyo contribuyó a erosionar el Gobierno de Joe Biden y Kamala Harris entre la población y los votantes, que han cambiado demográfica e ideológicamente. En la calle y sobre todo en las universidades hubo protestas contra la respuesta bélica de Israel a la masacre de Hamás, y se hizo campaña para no votar por la vicepresidenta Harris, aún a sabiendas de que la alternativa, Donald Trump, era mucho más afín a Netanyahu y a sus políticas más radicales.
Pero Donald Trump no es famoso por su paciencia. Según el medio Axios, el presidente está frustrado porque la guerra en Gaza sigue y con ella unas imágenes y unos datos que tienen un impacto desfavorable en la opinión pública y en planes que él tiene con otros socios de la región. Axios cita a fuentes de la Casa Blanca que aseguran que aumentan las discrepancias entre Washington y el Gobierno israelí, pero niegan que se puedan plantear sanciones contra Israel, y mucho menos retirarle el apoyo.
En cuanto a la opinión pública, ya no es lo que era. Según un estudio del Pew Research Center publicado el mes pasado, la población está dividida y, algo nuevo, una ligera mayoría ve negativamente a Israel, un 53%. Cuando se miran los detalles se ven tres líneas divisorias: generacional, ideológica y religiosa. Los más críticos son los jóvenes, los votantes demócratas y los no judíos (los musulmanes especialmente). Otro estudio de la agencia demoscópica Gallup de marzo aporta datos similares: sólo el 46% apoya Israel, y un 33% declara simpatía por los palestinos.
La respuesta de Israel: demonizar toda crítica
Dolió especialmente la declaración conjunta de Francia, el Reino Unido y Canadá. Casi cuatro días después, el jueves por la noche, el primer ministro de Israel hizo pública su reacción en términos muy vehementes y coherentes con su lógica, y en su impecable inglés americano (video).
Netanyahu vinculó lo expresado por los tres gobernantes con el antisemitismo y el asesinato de dos empleados de la Embajada de Israel en Washington el miércoles: "Para esos neonazis [los activistas y el presunto asesino] "Libertad para Palestina" es la versión actual de Heil Hitler. No quieren un Estado palestino, sino destruir el Estado de Israel. Quieren aniquilar a los judíos, que han vivido en la tierra de Israel durante 3.500 años. Nunca podré entender cómo esta simple verdad se les escapa a los dirigentes de Francia, Gran Bretaña (sic), Canadá y otros. Lo que proponen es establecer un Estado palestino y premiar a esos asesinos con el premio máximo. Durante 18 años hemos tenido un Estado palestino de facto, se llama Gaza. ¿Y qué hemos logrado? ¿Paz? No. Obtuvimos la matanza de judíos más salvaje desde el Holocausto".
Netanyahu, como vemos, equipara las críticas a las acciones de gobierno con un apoyo al terrorismo de Hamás. "No les sorprenderá saber que Hamás ha agradecido al presidente Macron y a los primeros ministros Starmer y Carney la petición de que Israel termine su guerra en Gaza inmediatamente. Hamás acierta en agradecérselo, porque con ello los tres mandatarios lo que están diciendo es que quieren que Hamás siga en el poder".
El dirigente israelí acusa a Macron, Starmer y Carney de estar en el lado equivocado de la humanidad y de la historia. El primer ministro israelí expande una vez más sus críticas a la ONU, a todo aquel que se haga eco de la hambruna entre los niños de Gaza lo califica de propaganda de Hamás, y responsabiliza a esas informaciones y a la críticas del asesinato en Washington: "La prensa lo repite, la turba se lo cree y en Washington asesinan brutalmente a una pareja joven".
La declaración pública de Netanyahu termina con vítores a los Estados Unidos y a su presidente. "Gracias, especialmente, al presidente Trump y al pueblo Estados Unidos por estar con Israel y con el pueblo judío. Juntos resistiremos y juntos triunfaremos y veremos la victoria de la civilización sobre la barbarie".