'Kan Mongol', una espectacular novela gráfica basada en un musical sobre los antepasados de Gengis Kan
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Todos conocemos a Gengis Kan (1162-1227), uno de los conquistadores más famosos (y crueles de todos los tiempos), que hizo del Imperio mongol uno de los más poderosos y extensos de la historia. Pero casi ninguno hemos oído hablar de los hunnu, sus antepasados, que existieron mil años antes que Gengis Kan y que crearon el primer estado nómada de los que gobernaron las vastas praderas de Asia Central. Un pueblo que ha inspirado la obra teatral El estado sin sello, de Lkhagvasuren Bavuu, y el musical El Khan mongol, representado con gran éxito en Singapur y Londres.
Y ahora se publica en España la adaptación al cómic de ese musical, Kan Mongol (Amok ediciones), realizado por un gran equipo de artistas mongoles (Erdenebayar Nambaral, Munnkhbat Borkhuu, Abo Baasanjav,Nyamdorj Buyan, Munkhbileg Batbaatar, Tamir Ennkhsaikhan).
La historia de un imperio al borde de la desaparición debido a la codicia, el engaño y la traición de los que deberían ser sus líderes. Un cómic que tiene mucho de Hamlet o El rey Lear, en su manera de explorar remas universales como el bien y el mal, la venganza y la reconciliación, la ambición, la soledad del líder y las exigencias del estado.
Páginas de 'Kan Mongol'
Mil años antes que Gengis Kan
La historia nos lleva a Asia Central, hace 2,000 años. Mil años antes de Gengis Khan, los nómadas hunnu dominaban las vastas estepas de Asia Central y Archug Khan era su líder y estaba dispuesto a sacrificar todo lo que amaba por el bienestar de su pueblo. Pero sus dos reinas y sus dos herederos (intercambiados al nacer) se ven envueltos en una serie de luchas e intrigas palaciegas para conseguir el poder. Lo que desembocará en épicas batallas y la amenaza de desaparición del imperio e incluso de su estilo de vida.
Un cómic que es un apabullante espectáculo visual en el que podemos reconocer el bellísimo vestuario del musical e incluso algunas de sus coreografías, ya que hay viñetas a las que solo les falta la banda sonora. Hay incluso viñetas en los que, como en la obra teatral, aparecen títeres inspirados en las tradiciones nómadas de la estepa.
Viñeta de 'Kan Mongol'
Pero, a la vez, el cómic tiene muchas ventajas sobre la obra teatral, ya que nos puede trasladar a esas esas vastas estepas de Asia central y describir esas violentas batallas de una forma realmente espectacular.
Por cierto, que por su estilo, el maravilloso uso del blanco y negro y sus bellas composiciones de página, nos recuerda a uno de los grandes maestros del cómic europeo especializado en fantasías orientales, el italiano Sergio Toppi (1932-2012). Aunque aquí se añaden algunos toques de rojo a ese blanco y negro, sobre todo en las escenas sangrientas y épicas (y en algunas onomatopeyas).
Páginas de 'Kan Mongol'
Una lección de historia
El cómic también es ideal para que conozcamos la apasionante historia de uno de los grandes imperios más desconocidos, cuya historia transcurre en paralelo a el otro gran imperio de la zona, el chino. Sobre todo gracias a la introducción de John Man.
En el Siglo III a.C. los hunnu eran belicosas tribus nómadas que se dedicaban a saquear pueblos. Pero hacia el año 221 a.C los chinos se unificaron bajo el gran emperador (el que construyó la Gran Muralla y el ejército de terracota) y esos éxitos inspiraron a un líder hunnu, Modum, a unificar alos "bárbaros del norte". Así nació este imperio que, en su apogeo, llegó a ocupar toda Mongolia, gran parte del norte de China y algo de Siberia.
Tras mantener tormentosas relaciones durante décadas, que incluían la boda de herederos de ambos imperios, los chinos conquistaron a los hunnu en el año 89 de la era cristiana. Y su civilización, de la que no hay constancia ni de su lengua, desapareció por completo. Aunque en sus tumbas si se han encontrado restos de su artesanía y sus ropajes, que han servido de inspiración para el espectáculo teatral y para este cómic.
Páginas de 'Kan Mongol'
Pero los hunnu no desaparecieron, ya que sus descendientes se casaron con emigrantes mongoles del norte de China. Por eso, los mongoles consideran que los hunnu son sus antepasados. Incluso el propio Gengis Kan lo pensaba. Pero él logró conquistar un imperio aún mayor que el de los hunnu.
Ahora este cómic nos invita a montarnos a lomos de uno de esos caballos de los hunnu y a sentir esa libertad de cabalgar por las estepas. Al menos hasta que las intrigas palaciegas y las épicas batallas, lleven a este mundo, casi de cuento de hadas, a su desaparición.
Portada de 'Kan Mongol'