Abrimos el programa con la Canción de la estrella de Tannhäuser de Wagner en una interpretación que asemeja a una suave brisa primaveral. Luego el barítono entona un fragmento del final de El oro del Rin, primera jornada de la Tetralogía wagneriana. Un Wotan lírico y biensonante. Dos canciones, una de Boris Blacher y otra de Ernst Krenek, nos muestran una nueva cara del artista en su mirada hacia músicas del siglo XX. Su sentido y discutible Rigoletto (el tipo vocal en principio no parecía el más idóneo) se evidencia en el primer dúo con Gilda, aquí Renata Scotto en la histórica grabación de Kubelik. Expresivo, reconcentrado, matizadísimo se nos muestra luego en el aria final de Macbeth. La elegancia y la línea quedan bien demostradas en Di Provenza de Traviata. Suave y sentida, bien delineada es su interpretación de la primera aria de Renato de otra ópera verdiana, Baile de máscaras. Un buen rosario de ejemplares recreaciones dentro de los peculiares estilo y características vocales del artista.