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Tras el intento de la Flotilla de llegar a Gaza y romper el bloqueo israelí a la entrada de ayuda humanitaria, activistas de más de 50 países han convocado, para este viernes, una marcha global desde la ciudad portuaria de Al-Arish, en Egipto, hasta el cruce de Ráfah, puerta de entrada sur a la Franja. El objetivo es presionar al Gobierno israelí para que permita la entrada de camiones con alimentos y bienes de primera necesidad en Palestina. Sobre este movimiento, en el informativo '24 Horas de RNE' hablamos con Melisa Pérez, integrante de la delegación vasca de la Marcha a Gaza.

"He sido una de las personas detenidas", explica Pérez sobre la situación que se encontró al llegar a la capital de Egipto, y añade: "Muchos compañeros han sido retenidos, identificados y reportados en el aeropuerto".Pese a que las autoridades egipcias no permiten esta marcha, la integrante vasca de la Marcha a Gaza insiste en que "hemos llegado hasta aquí con un objetivo, que es romper el bloqueo", y por último expone: "Seguiremos denunciando el genocidio y exigimos a nuestros gobiernos que rompan todo tipo de relaciones con Israel".

Un bombardeo israelí contra el edificio de la sede de la ONG Médicos del Mundo ha matado a ocho personas, cinco de ellas niños. La instalación, tras el ataque deliberado, ha sufrido cuantiosos daños materiales. En el corredor Netzarim, que conecta el norte y sur de la Franja, al menos veinte palestinos han sido asesinados y otros 100 han resultado heridos por fuego israelí mientras acudían a por comida y agua.

Foto: Eyad Baba / AFP

Los ataques en Gaza siguen sin descanso durante veinte meses con extremas vulneraciones del derecho internacional humanitario por parte de Israel. En Las Mañanas hablamos con José Fernández, presidente de Médicos del Mundo España, tras el ataque de un dron en el edificio de las oficinas de la organización que ha causado ocho muertos. También conversamos con el español Sergio Toribio, miembro de la Flotilla de la Libertad, que fue retenido en Israel por tratar de llevar material humanitario a Gaza junto con otras personas, como Greta Thunberg.

"Después de tanto tiempo, drama, crimen y una situación tan prolongada y grave, pensamos que nos tocó cerca pero la población palestina lo sufre desde hace demasiados meses", ha asegurado José Fernández. No habían recibido ninguna advertencia ni ningún preaviso: "Tratamos de ponernos en contacto con la oficina de Israel y no obtuvimos respuesta. El Ejército sabía dónde estaban las oficinas de Médicos del Mundo". Fernández también ha especificado que no había nadie del personal en la oficina durante el ataque y que la peor parte se la llevó el piso de arriba, con ocho muertos.

Para tratar de ayudar humanitariamente, un grupo de activistas se sumó en la Flotilla de la Libertad. Entre ellos estaba Sergio Toribio: "No teníamos ninguna intención de ir a Israel, estábamos en aguas internacionales. Fue piratería. Nos confiscaron todo el material mediático que teníamos y nos obligaron a la fuerza a ir a Tel Aviv". "No nos han amenazado, más allá de la intimidación", ha valorado. "El objetivo principal era que nos permitiesen llegar a un puerto de Gaza, pero no ha sido posible".

Médicos del Mundo, una organización internacional no gubernamental con presencia en más de 70 países, denuncia que una de sus oficinas en Gaza ha sido atacada por tropas israelíes, en el que han muerto ocho personas.

Nicolás Dotta, coordinador general de la organización, ha explicado durante una entrevista en el Canal 24 horas que el equipo de la organización se encuentra bien, "no hemos tenido que sufrir víctimas fatales en nuestro equipo porque hoy era un día festivo en Palestina". Asegura que no había nadie en ese momento en la oficina.

Según las palabras del coordinador, la organización recibió un comunicado en el que se informaba de un ataque con drones en el edificio de oficinas. "Inmediatamente hemos comunicado con el mecanismo de coordinación humanitaria que hay con las autoridades militares israelíes, pero no hemos recibido ninguna respuesta", explica Dotta.

El coordinador de la organización también explica la sensación de impotencia que sienten ante las barreras y trabas para llevar a cabo su trabajo, dando vía libre a la organización privada estadounidense para el reparto de ayuda humanitaria que "no está funcionando".

Foto: REUTERS / AMIR COHEN

El activista español Sergio Toribio, uno de los 12 tripulantes de la Flotilla de la Libertad retenidos por Israel cuando trataban de llevar ayuda a Gaza, ha aterrizado este martes en Barcelona tras ser deportado. "Es imperdonable, es una violación de nuestros derechos", ha dicho a los periodistas en el aeropuerto. El activista ha criticado el abordaje y la detención de él y sus compañeros en "aguas internacionales", además de la incautación de la embarcación. "Ha sido un ataque pirata", ha asegurado.

Israel ha interceptado a la tripulación de la Flotilla de la Libertad en su intento de llevar ayuda humanitaria a la Franja de Gaza para romper con el bloqueo israelí. El barco Madleen, que albergaba a 12 activistas humanitarios como Greta Thunberg, ha llegado en la tarde del lunes al puerto de Asdod, en Israel. Las autoridades del país hebreo han anunciado que deportarán a los pasajeros a sus países de origen.

La relatora de la ONU para Palestina, Francesca Albanese, ha recriminado a Israel sus acciones en aguas internacionales y ha asegurado que "no tiene ninguna autoridad para interceptar el barco". En el barco, los activistas tenían previsto el asalto y dejaron unos vídeos grabados para publicarlos cuando ocurriera la detención.

IMAGEN: JACK GUEZ / AFP

"Si estáis viendo estas imágenes, hemos sido secuestrados por Israel". El español Sergio Toribio es uno de los 12 activistas detenidos por Tel Aviv. Su barco, La Flotilla de la Libertad, cargado con ayuda humanitaria para Gaza, ha sido abordado esta misma madrugada por comandos israelíes en aguas internacionales. En un video difundido en redes sociales, pide a amigos, familiares y compañeros que presionen al Gobierno español para que les liberen cuanto antes. Con él viajaba la joven activista sueca Greta Thunberg.

Minutos después de ser interceptados, el Ministerio de Exteriores israelí ha hecho pública cuál es, según ellos, su situación actual. "Todos los pasajeros del yate de los selfies están sanos y salvos. Recibieron sándwiches y agua. Se acabó el show".

La coalición Flotilla de la Libertad ha denunciado en la madrugada de este lunes que los tripulantes del barco de ayuda humanitaria Madleen, con 12 activistas a bordo, han sido "secuestrados por las fuerzas israelíes".

Por su parte, el Ministerio de Exteriores Israelí ha comunicado que "todos los pasajeros del 'yate selfie' están sanos y salvos". "Les proporcionaron sándwiches y agua. El espectáculo ha terminado", ha señalado la publicación más reciente del Ministerio, acompañada de un video con los activistas.

FOTO: SALVATORE CAVALLI/AP

"Nuestra vida se ha convertido en un constante desplazamiento, moviéndonos de un lugar a otro. Hablar de la guerra no es sencillo. Mi madre ha sido asesinada, mi mujer ha resultado herida y mi casa está destruida". Es la realidad de Mohamed Kawarea. Un relato en pleno viaje por el sur de Gaza, mientras busca un nuevo emplazamiento para su familia.

Según Naciones Unidas, más del 90 % de los gazatíes han tenido que abandonar su casa al menos una vez y es la condición que persiste en el tiempo, especialmente desde el ataque de Hamás de octubre de 2023. Mientras, Israel avanza posiciones en todo el norte, en un escenario apocalíptico. "No hay futuro para nosotros en Gaza. Aquí, no hay posibilidad de vida. En Gaza, no hay vida". Hussain Shiekh se muestra así de pesimista mientras conduce, a lomos de un burro, el vehículo que traslada a toda la familia de Mohamed con los pocos enseres que les quedan.

Es una auténtica lucha por la supervivencia en un conflicto que suma ya 56.000 muertos, incluidos los israelíes. Intentar conseguir algo de comida se ha convertido en una trampa mortal porque los pocos centros de reparto de ayuda humanitaria que hay están bajo la atenta mirada de las fuerzas israelíes. Para muchos, supone arriesgar la vida. "A mi hermano le dispararon cuando fue a uno de esos puntos para conseguir comida para sus hijos. ¿Por qué nos dijeron que fuéramos allí a buscar comida?". Es una pregunta recurrente entre los palestinos, olvidados en un laberinto en el que es muy difícil mantener el orden.

El hambre, como arma de guerra. Y el sistema sanitario, destruido. "Con todo, la salud mental de la población está gravemente afectada", dice en Gaza Pascale Coissard, coordinadora de emergencias de Médicos Sin Fronteras en la Franja: "Ahora mismo, los bancos de sangre están al límite". También en el hospital Nasser, en el sur. Allí, sus sanitarios, que sufren la violencia en carne propia, aseguran que están "al borde de la parálisis".